HOMENAJE A NUESTRO AMIGO KIWITO

KIWITO CACHORRITO

Hola amigos, hoy tengo que comunicaros una triste noticia, no por ello menos importante.

Hemos sabido Lola y yo, que Kiwito ya no está entre nosotros, se ha marchado como todos tenemos que hacer algún día al cielo de los perros. Sin embargo su misión de guardar y proteger a sus dueños, no acaba, simplemente lo hace desde otro lugar, ya que permanecerá siempre en sus corazones.

No quiero que mi pequeño homenaje sirva para entristeceros, quiero que sirva para haceros partícipes de lo bueno que ha dejado entre su familia humana, con quienes ha permanecido desde que era un cachorrito hasta los 14 años. Durante este tiempo ha disfrutado de su cariño, me consta que era muy querido y él como un perro noble y bueno ha correspondido de la misma manera, cómo sólo un perro sabe hacer.

En una de las conversaciones que mantuvimos de perro a perro, comentábamos la procedencia de cada uno, la mía muy humilde como ya sabéis, la suya por el contrario muy castiza, “ Del Rastro de Madrid “,¡ ahí es nada!, ¡ole la categoría!.

No sé si sabéis, que hay un dicho castizo entre los humanos que dice:

“De Madrid al Cielo”.

Efectivamente, eso es lo que ha sucedido, como un hecho cotidiano por el que hay que pasar en la vida, ha emprendido ese viaje.

Mi dueña cuenta que cuando era pequeña, su padre la llevaba al Rastro de Madrid los domingos para visitar la calle de los animales. Allí había cachorritos preciosos que se vendían  de los que ella se enamoraba y quería llevárselos a casa. Por supuesto, su padre nunca la dejaba, en casa ya estaba otra perrita que se llamaba KUKI, la primera que tuvo, un Braco.

En aquella calle se vendía de todo, periquitos, canarios, gatitos, hasta perdices, allí permanecían para que la gente fuese a comprarlos. A ella le gustaba por un lado, pero por otro, le daba pena verlos esperando al futuro comprador.

Los cachorritos solían estar en cajas de cartón metiditos, igual que Kiwito, no hablo de mal trato, era la forma en que se exponían. Ella nos cuenta que era una calle muy visitada por niños en las mañanas de domingo. Los niños, esos seres en los que tiene que germinar la semilla del amor por los animales, para que cuando sean mayores, enseñen a sus hijos este principio y así sucesivamente. Kiwito y yo estábamos de acuerdo en esto, ellos son el futuro, representan la base de la concienciación de la sociedad.

Nuestro amigo Kiwito ha visto cómo aquellos niños que fueron a por él y lo sacaron de la caja de cartón, son ya mayores, incluso alguno ya no vive en casa, en  14 años se asiste a muchos acontecimientos familiares.

Pero para nosotros los perros hay un acontecimiento diario al que no faltamos nunca,  “Derrochar Cariño y Compañía”, es una misión diaria por la que no pedimos nada a cambio. Es nuestra forma de ser, ¿Verdad Kiwito?.

Lametazos para ti donde quiera que estés y para tu familia humana.

 

LUCAS

lucas y lola