El Lebrel Afgano tiene un aspecto majestuoso debido a su porte orgulloso y pelo largo y sedoso. Esta raza tiene un perfil característico: un cuello fuerte y arqueado, caderas marcadas, extremidades largas, curva aparentemente exagerada en las rodillas y cola acabada en forma de anillo. La cabeza y el hocico son alargados y estrechos, con una curva ligeramente convexa en el hocico. Las orejas son largas y están cubiertas de pelo aún más largo. La coronilla, miembros anteriores, pecho, ijares, miembros posteriores y patas están cubiertos por completo de pelo largo, fino y sedoso; el pelo de la cara y espalda es corto y brillante. Los colores de pelo más habituales son negro, negro y pardo, rojo, crema, azul, atigrado, dominó y blanco. El Galgo Afgano también puede presentarse en una gran variedad de tonos, y los cremas y rojos suelen tener, aunque no siempre, máscaras negras. Los cachorros no se parecen a los adultos de pelo largo, tienen pelos rizados en las mejillas y sobre la espalda. El pelo corto y tupido de los cachorros empieza a caer aproximadamente a los doce meses del nacimiento, dejando paso al pelo de adulto brillante que se va alargando a un ritmo constante. En movimiento, tiene un aspecto llamativo gracias a sus andares elásticos y poderosos.
El Afgano posee una personalidad fiel a su origen como cazador ha sido criado para reaccionar con rapidez. Es un perro independiente y con fuerte carácter, además de distante y seguro de sí mismo. En un compendio de contradicciones, el Lebrel Afgano se ha descrito como extremadamente valiente a la par que tímido, nervioso y en ocasiones tranquilo y holgazán, solemne pero cómico. La imagen del Afgano va desde cariñoso hasta sumamente distante, y estos perros pueden mostrarse muy recelosos frente a los extraños. Si no se lo socializa adecuadamente, el Afgano tiene tendencia a desarrollar un carácter salvaje.
Es un perro que requiere muchos cuidados distintos. Aunque son muy inteligentes, pueden ser difíciles de adiestrar por su tozudez. Son extremadamente sensibles a las correcciones duras, que a menudo provocan el rechazo a obedecer. Responden mejor a un adiestramiento amable y una disciplina firme. El aseo habitual es fundamental para mantener su pelo, necesitan baños y cepillados semanales para eliminar el exceso de pelo y evitar los nudos a los que son tan propensos.
País de origen: Afganistán.
Tamaño: Grande.
Peso: 20 – 30 kg.
Pueden adaptarse a vivir en pisos y pero pueden llegar a «aplatanarse», por lo que necesitan de mucho ejercicio para luchar contra el aburrimiento y evitar los comportamientos destructivos como el mordisqueo. Como mínimo, los Afganos deben pasear varios kilómetros al día para mantenerse en forma, y es fundamental que cuenten con un patio vallado para correr. Esta raza es conocida por ignorar las llamadas, y por otro lado es una raza muy propensa a ser atropellada, por ello, nunca deben deambular sin supervisión, ya que su instinto depredador puede convertirlos en una amenaza para las mascotas de las demás personas. Con un adiestramiento adecuado y la vigilancia de su dueño, pueden ser compatibles tanto con niños como con otras mascotas.
Los Lebrel Afganos son extremadamente delgados bajo sus gruesos pelajes, y comen mucho menos de lo que cabría pensar por su tamaño.
Un alimento para perros de mucha calidad, a ser posible con aceite vegetal, puede ayudar a mantener la salud de su piel y pelo. Se pueden utilizar un tipo de cintas especiales para que no se manchen sus largas orejas al comer.
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