Querida Lola, mi galguita del alma, en estos días, se suceden los acontecimientos que atañen a Violeta y a ti.
LOLA Y VIOLETA
En cuanto a ti, el 31 de marzo hizo un año que nos dejaste físicamente pero sigues presente entre nosotros, has dejado una huella difícil de borrar.
Violeta cumple su primer año de vida, en abril de 2015, nació una camada de galguitos no sabemos donde, entre los cuales estaba ella.
VIOLETA, SHAYK Y ZARCO
Cómo ya te informamos en su momento, en septiembre Violeta llegó a nosotros.
El primero que tenía que dar la aprobación era Lucas, estaba muy decaído desde tu marcha.
LUCASY LOLA.
A la primera que conoció fue a su hermana Shayk y la movió el rabito como hacía con todos los galguitos cuando los veía, con lo cual supimos que no habría problema con ella.
SHAYK Y VIOLETA
Y así fue, la protectora ACURN se había hecho cargo de ella y de sus dos hermanos Shayk y Zarco, gracias a ella la prolongación de ti, vive feliz entre nosotros.
Cada día que pasa se parece más a ti en el carácter, dulce, tierna y buena, cada vez mejor.
Es una cachorrita aún y como tal, es alegre, juguetona, muy vivaracha y disfruta del sol igual que tú lo hacías.
Ha sido un año difícil entre la pena, la ausencia, el dolor, la tristeza y la crianza de Violeta que se hace mayor por días.
Tiene la gran suerte de compartir paseos, juegos y salidas con su hermana Shayk a quien ve a diario, se buscan la una a la otra, se alegran muchísimo cuando se encuentran y disfrutan mordisqueando su largo cuello la una a la otra.
VIOLETA Y SHAYK
Cuando corren es un placer verlas, pero aún son jóvenes y deben seguir aprendiendo para poder disfrutar de ellas completamente seguras.
Un amigo me decía que los perros nunca mueren, permanecen dormidos en nuestro corazón. Al principio no duermen mucho, mueven mucho el rabito y ello provoca las lágrimas en nosotros.
Poco a poco se van acomodando, sus siestas son más largas, van ocupando más espacio en el corazón y la pena se transforma en paz, por la seguridad de saber que viven ahí dentro.
Por favor, Lola, deja de mullir mi corazón como si de tu cama se tratase, acomódate del todo, hazte la rosquita y descansa, hay espacio suficiente para que tu largo cuerpo se estire.
He de decirte que la orquídea que estaba en mi mesa cuando te marchaste, murió pero no he dejado de cuidarla y está a punto de florecer.
Tu espíritu vive!!.
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