El Galgo Español fue por mucho tiempo el perro favorito en la cacería de liebres en España. Más tarde su fama continuó en el lucrativo deporte de las carreras de perros… En el presente no es sólo un gran perro para los deportes, también se le mantiene como mascota donde demuestra ser un compañero de excelentes aptitudes y se adaptan fácilmente a la vida dentro de la casa.
Es de buen tamaño, de esqueleto compacto, cabeza larga y estrecha, tórax de amplia capacidad, vientre muy retraído, y cola muy larga. Su piel está muy pegada al cuerpo en todas sus zonas, es fuerte y flexible y de color rosado. Su pelo es tupido, muy fino, corto, y liso. Su color es indeterminado, los más típicos son:
- Barcinos y atigrados más o menos oscuros y de buenas pigmentaciones.
- Negros.
- Barquillos oscuros y claros.
- Tostados.
- Canelas.
- Amarillos.
- Rojos.
- Blancos.
- Berrendos y píos.
En Lucas & Lola trabajamos día a día para dignificar esta raza tan maltratada y desprestigiada a lo largo de los años en ciertos ámbitos. Educar a un Galgo español no supone demasiado esfuerzo, pero sí un gran despliegue de cariño y comprensión. Su pelaje corto y apretado, en ocasiones duro, requiere un aseo mínimo. Hay que proporcionarle grandes espacios para que desarrolle toda su actividad y necesidad de ejercicio.
País de origen: España.
Tamaño: Grande.
Peso: 20 – 30 kg.
El Galgo Español es uno perro obediente y tranquilo. Quizás son un poco desconfiados y cuesta ganarse su cariño, pero aún así pueden ser agradables perros de compañía. Con sus dueños son fieles y llegan a ser muy dulces. Son rústicos y resistentes y demuestran tener una gran iniciativa y mucho tesón.
Desgraciadamente se calcula que en España, cada año, unos 60.000 galgos son desechados por cazadores una vez finalizada la temporada de caza, lo que los convierte en la raza canina más maltratada de nuestro país. Los principales motivos de abandono o exterminio de los galgos españoles son: no haber sido buenos cazadores durante la temporada, ser “viejos” (entre los dos y tres años de vida), fracturas óseas, síntomas de cansancio de enfermedades como la erlichia y la filaria o no poderlos (o quererlos) mantener hasta la siguiente temporada de caza.
Os animamos a pensarlo dos veces antes de comprar un perro, y que adoptéis o recojáis un galgo para daros la posibilidad a ambos de disfrutar de una mejor vida.
La dramática situación de maltrato que reciben los galgos españoles es tan grave que ha sido denunciada fuera de nuestras fronteras por la Euro Cámara, quien dirigió una carta al presidente del Gobierno Español en la que se pedía explícitamente que se pusiera fin a esta barbarie: “Los galgos son severamente golpeados, quemados vivos, rociados con ácido, tirados en pozos, atados en cuevas o abandonados hasta morir por los cazadores cuando ya no les sirven” . La misma entidad reconoce, a través del artículo 13 del Tratado de Lisboa, que los animales son “seres sintientes” y que, por consiguiente, deben ser respetados y protegidos por los estados miembros.
La dramática situación de maltrato que reciben los galgos españoles es tan grave que ha sido denunciada fuera de nuestras fronteras por la Euro Cámara, quien dirigió una carta al presidente del Gobierno Español en la que se pedía explícitamente que se pusiera fin a esta barbarie: “Los galgos son severamente golpeados, quemados vivos, rociados con ácido, tirados en pozos, atados en cuevas o abandonados hasta morir por los cazadores cuando ya no les sirven” . La misma entidad reconoce, a través del artículo 13 del Tratado de Lisboa, que los animales son “seres sintientes” y que, por consiguiente, deben ser respetados y protegidos por los estados miembros.
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