Harper es un cachorro que sufre una deformidad en sus patas denominada «síndrome del cachorro nadador».
Erica Daniel encontró al cachorro en una bolsa de basura y decidió quedárselo e intentar ayudarlo, salvándolo de morir trágicamente. Tras acudir a un refugio de animales, los veterinarios le dijeron que el cachorro debía ser sacrificado ya que su discapacidad le impedería caminar correctamente y levantar la cabeza.
Erica no hizo caso de sus recomendaciones y decidió quedarse al perro. Desde el primer día, Harper empezó a demostrar sígnos de recuperación. Pese a que la mayoría de los cachorros que nacen con este problema no logran sobrevivir, el caso de Harper fue distinto.
Su nueva dueña empezó a masajear en las patas, para el dolor y la rigidez muscular, y poco a poco comenzó a levantar su cabeza y a superar sus limitaciones, tal y como ha recogido el medio Today.
Consultó a otros veterinarios, que le explicaron que la enfermedad podía crear anormalidades en el cerebro y problemas en el corazón. Pero, tras hacerle una serie de pruebas, determinaron que su corazón estaba bien. Necesitaba tratamiento, pero en ningún caso tendrían que sacrificarlo.
Un centro canino ofreció a Harper masajes gratuitos, al enterarse de la emotiva historia, y Harper consiguió andar con facilidad pasadas unas sesiones. La natación también ayudó mucho a Harper, ya que la hidroterapia es básica para este tipo de discapacidades.
Así, aunque el perro no pueda andar aún por suelos de baldosa o de madera, ya es capaz de hacerlo por superficies blandas como el césped o por alfombras.
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