Maltrato animal.
Querida Lola, desgraciadamente el maltrato animal existe sin necesidad de abandono, ni golpes, ni ahorcamientos, ni nada a lo que estamos acostumbrados a ver perplejos.
En esta ocasión vamos a denunciar el maltrato sufrido por una perrita durante 14 años, hasta que finalmente ha muerto.
Es el caso más impactante que he visto junto a nuestra dueña.
Su dueña vino a visitar nuestro centro porque tenía algo abultado cercano al ano, se lo habían comunicado en la peluquería a la que acudió a cortar el pelo a su perrita.
Era una perrita de las que cuestan un buen dinero, no recogida, no abandonada, no rescatada, comprada en su día a cambio de un buen dinero.
Habitaba en una casa de nivel económico suficiente como para cuidarla, pero nunca se habían preocupado por ella.
Nunca he visto tanto desprecio en el dueño de un perro como en el caso de la dueña del pobre animal.
No tenía una zona abultada, estaba invadida de tumores que su dueña no se había dado ni cuenta.
Estaba esquelética, porque no comía según palabras de su dueña, pero no se había preocupado en averiguar por qué .
Estaba ciega de un ojo, totalmente opaco, según su dueña “asquerosa”.
El pobre animal, poco más de un kg de peso, no paraba de mover el rabito a su lado.
Yo asistía a esta escena atónito al igual que nuestra dueña,¡ la señora despreciaba a este pobre animal y ella no paraba de subir a su pierna!.
Una vez reconocida se le informó del grave estado en que se encontraba, necesitaba tratamiento urgentemente y si no moriría.
Con una frialdad similar a la del mármol la contestación fue que no pensaba invertir ni una moneda en ella.
El animal llevaba muriendo despacio en su casa, pacientemente sin causar ruido, al menos tres meses y su dueña no se había enterado.
Aún habiendo ido a la peluquería, las pulgas corrían por su pequeño y frágil cuerpecito.
El final trágico no lo vamos a relatar, merece nuestro respeto, ya que su dueña no lo ha tenido por ella.
No vamos a entrar en detalles de soledad y abandono con un animal que vivía con sus dueños.
Querida mía, qué diferencia, a ti te hemos cuidado entre toda la familia a la que has pertenecido hasta tu muerte.
He visto como te han dado de comer en la mano cuando estabas algo inapetente, como te han aseado a diario porque tu estado no permitía un baño, estabas demasiado enferma.
Te has ido con un pelaje que no era el de una enferma, era el de un animal sano aunque no lo estuvieses.
Has tenido todos los cuidados veterinarios que has necesitado de todo tipo, todo lo que ha estado al alcance de nuestra dueña.
Nunca te hemos dejado sola, siempre he permanecido a tu lado.
Se ha hecho todo lo que conlleva la tenencia responsable de un animal, ni más, ni menos.
Pero la pobre perrita no ha tenido de nada aún teniendo una casa donde habitar.
Me dan asco ese tipo de personas, pero pienso que el tiempo pone a cada cual en su sitio y qué quizá algún día esta persona termine pagando todo el sufrimiento que ha causado a la pobre perrita.
Descansa en paz pequeña.
Lucas.
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