Cuando murió mi querida galguita Lola, decidí que no volvería a tener ningún galgo más, mi corazón estaba muy dolido para dar cariño a alguien más.
El sufrimiento con su enfermedad y su partida había dejado mi corazón cerrado, sin posibilidad de abrirlo a otro pobre perro desgraciado.
Sin embargo las circunstancias y el destino quisieron que Violeta, mi galguita pequeña se cruzase en mi camino.
Era una pobre galguita delgadita, que apenas comía, presentada a nosotros mediante una fotografía y un video, pertenecía a la protectora ACUNR.
Foto de presentación.
Yo no estaba preparada, pero ella necesitaba ayuda………tardó una semana en llegar a casa, su casa, desde que tuvimos noticias de ella.
Violeta recién recogida.
Era una pobre desvalida que había pasado dos de sus 5 meses de vida encerrada en un chenil, primero en la perrera municipal y después en el de la protectora que la sacó de allí para darla en adopción.
No es un camino fácil el de la adopción de un animal del que no sabes nada de su pasado, todos por muy pequeños que sean traen algún problema, pero es la solución a tanto abandono.
Por esta razón, adoptar es lo mejor, pero también requiere un compromiso de responsabilidad aún mayor.
Primer día en casa
Violeta (así se llama),entre otros problemas propios de un cachorro, sufría ansiedad por separación. Poco a poco, con paciencia, dedicación, esfuerzo, tiempo y cariño, ha ido superando.
Violeta con su primer abrigo
El resultado al cabo de un año entre nosotros, es el de una galguita buena, alegre, cariñosa, enormemente sociable, juguetona, sin miedos, sin traumas y sobre todo “muy feliz”.
Su dulzura, sus juegos incesantes, su curiosidad, su tristeza, cuando alguien se va de casa, el movimiento de su rabito sin causa justificada, la suavidad de sus lametones, sus lloros y aullidos demandando algo que le gusta hacen de ella una joven galguita encantadora, una roba corazones de mirada intensa y paz infinita.
Mi querida galgo Lola ocupó mi corazón y partió mi alma con su marcha. Mi pequeña galgo Violeta ha hecho poco a poco hueco en mi corazón, nunca sustituirá a la gran Lola, pero junto con mi querido Lucas, forma ya parte de nuestra familia.
¡Feliz primer año de vida con nosotros!
Violeta tomando los primeros rayos del sol del día
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