Me llamo Lucas, soy un perro adulto, pero me mantengo muy joven. Mi raza es CAREA, ¡ ah ¡, ¿qué raza es esa, os preguntaréis?. Pues bien, mi raza es tan humilde como mi origen, ya que nací en una granja de animales donde mi madre ejercía el noble oficio de perro carea (pastora) de un rebaño de cabras y ovejas. Procedemos de una zona pobre de Los Montes de Toledo, somos pobres pero nobles y con dignidad, fieles a nuestro amo y cumplidores de nuestro trabajo. Tengo entendido que hay varios veterinarios empeñados en dignificar mi raza, colocarla como las demás en la Real Sociedad Canina Española, pero los trámites para ello son largos.
Yo abandoné a muy temprana edad mi tierra y mi familia, comencé a vivir en la ciudad, en lugar de pastorear cabras y ovejas, pastoreo mi familia humana, a la cual me siento muy unido, no me gusta que se me desmande ninguno. Ahora entre otros cometidos, escribo, difundo noticias buenas y malas, reflexiones, vivencias con otros amigos y lo más importante, permanezco siempre al lado de mi dueña y mi amiga Lola, una galga maravillosa.
Así van pasando los días, observo cómo pasa la vida, narro mis propias vivencias, las normales, las de un perro normal que vive donde mejor podemos estar, con una familia humana que me quiere, me cuida y me respetan.
Sin embargo he de deciros, que la compañía, el cariño y la estabilidad que les aporto, lo hago encantado, nunca he pretendido recibir nada a cambio, es mi forma de vida, no la concibo de otra manera.
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