En vacaciones de Semana Santa, le vimos por primera vez, salió de la oscuridad, con el rabo entre las patas para husmear lo más rápido posible el contenedor de basura.

Fuimos a verle con nuestra dueña, Lola y yo, con el fin de que se acercase habiendo otro galgo, Lola, pero fue inútil.  Corrió como sólo un galgo sabe hacer, muerto de miedo y desapareció otra vez en la oscuridad.

Pero mi dueña insistió, metió comida nuestra en una bolsa y fuimos a buscarle en la dirección en la que desapareció.

Nos adentramos ya en campo abierto, en la oscuridad de la noche y le dejamos su bolsa con comida.

Al rato , vimos su sombra que se acercaba hacia la bolsa, husmeó, dudó y al final comió con un hambre voraz.

Lola y yo nos quedamos perplejos de verle con tanto miedo y tanto hambre.

Era un galgo precioso, barcino y blanco, muy joven, con un hocico muy peculiar, tanto que mi dueña decidió llamarle Napy.

galgo en casa

Nos marchamos a casa sabiendo que por lo menos había comido, pero no sabíamos dónde podía dormir, estaba abandonado viviendo en la calle con la soledad como compañera.

Al día siguiente al caer la noche fuimos al mismo lugar con ella, le llamó, ¡ Napy!, ven , vamos , ven.

Hizo ruido con la bolsa de plástico en la que llevaba comida, al rato, le oímos acercarse, esta vez salió a la luz hacia la comida, comió y se marchó.

Así estuvimos varios fines de semana, cada vez se acercaba más, cada vez confiaba más, pero no dejaba que nos acercásemos, salía corriendo.

Hasta que mi dueña decidió que estaba listo para el rescate, un largo fin de semana intentándolo, pero no fue posible

Descubrimos donde se ocultaba, había cavado un agujero en un montón de paja abandonado, rodeado de arbustos, no era fácil encontrarle, pero a mi dueña la dejaba acercarse, confiaba en ella, pero no tanto como para ir con ella.

¡Qué decepción!, el pobre Napy, seguía en la calle, había sido imposible su rescate.

rescatar a un galgo

¡ Qué angustia!, ¡qué íbamos a hacer con el pobre galgo!, no podíamos dejarlo sin hacer nada por él.

Mi dueña contactó con rescatadog, dedicados al rescate imposible de animales, son voluntarios que trabajan por y para ayudar a aquellos que no ha podido ser posible su rescate.

Fueron al lugar indicado por mi dueña y cayó en la jaula trampa, menos mal estaba a salvo, su nueva vida había empezado.

¡Otro galgo más a salvo!.

galgo adoptado

La protectora Evolución se hizo cargo de él y le buscó una buena familia.

Nos sentimos muy orgullosos de haber promovido tu rescate.

Un lametón muy grande.

Lucas

Lucas