A medida que los galgos pasan poco a poco a ser fantásticos perros de compañía, vamos sabiendo más cualidades acerca de su carácter.
Hasta ahora eran catalogados única y exclusivamente como perros destinados a la caza y al deporte de las carreras con galgos, por sus cualidades atléticas.
Sin embargo, además de ser excelentes corredores, son animales sumamente cariñosos, muy sociables, leales miembros de su familia humana, sienten como ningún otro perro la ausencia de alguien de la familia. Tanta es la necesidad de estar con personas, que cuando son adoptados, si han pasado malas experiencias, suelen sufrir ansiedad por separación, les cuesta asumir que no les abandonas.
Por todo ello, son perros sumamente sensibles, habidos de cariño y caricias, tranquilos, emanan paz a su alrededor.
Por todas estas razones se ha visto que son perros perfectos para ayudar a personas con problemas psiquiátricos y dificultades en el aprendizaje.
Así lo han entendido en el Centro Hospitalario Benito Menni de Elizondo ( Navarra), donde los galgos ayudan a los pacientes a ser más sociables, mejoran su autoestima y su comunicación.
A diario lo demuestran dos galgos, Atila y Argui, quienes se dejan mimar y acariciar por estos pacientes y personal del citado centro.
Ellos son ajenos al bien social que realizan con estas personas, pero es su carácter afable y cariñoso quien hace de ellos, perros de enorme dulzura, perfectos para interactuar con personas necesitadas de su presencia.
Noticias como esta nos llenan de alegría, a los galgos les persigue la tradición maldita del ahorcamiento y el abandono, cuando no los malos tratos simplemente por el hecho de no correr o cazar como su dueño quiera.
Siempre he pensado que son necios sin sensibilidad alguna que no están a la altura del galgo que está con ellos, son ellos los que me causan pena y asco.
Confío en que poco sean apreciados por otras cualidades innatas en esta raza, que jamás han dejado demostrar por el triste destino que han tenido.
Sin embargo, son muchos galgos que en el anonimato, sin llegar a estar en un centro hospitalario, realizan su terapia particular en la familia con la que conviven, ayudando también a otro perro que haya en la familia con algún problema.
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