Mi querida Lola y Yo, tenemos la gran suerte de presenciara diario como nuestros amigos los galgos, son recogidos, atendidos y finalmente conocemos a sus familias definitivas o de acogida.
No nos olvidamos nunca de aquellos que no pueden llegar y se quedan por el camino, aunque sabemos que cada vez hay humanos luchando por ellos. Nosotros hemos ido junto a nuestra dueña, a sitios donde había muchos galgos, creo que íbamos a reivindicar los derechos de los animales, que no se maltrate a los galgos y perros de caza.
Ahora no podemos ir, Lola está un poco pachucha, pero seguimos estando con ellos.
Hoy os traemos la historia de dos galguitas que han sido adoptadas por sus dueños respectivos, hemos asistido en primera persona a su llegada a casa, una llegada muy deseada.
La primera, es una hembra de galgo, la galguita Tanya, una dulzura de perrita.
Sabemos que su dueña tuvo que esperar un tiempo hasta que se recupero en el centro donde estaba. Allí llegó con una terrible herida abierta, pero sólo el carácter paciente, la tenacidad y la fortaleza de un galgo, han hecho que junto a los cuidados veterinarios, se haya curado y haya empezado una nueva vida.
Al día siguiente de llegar a casa vino a visitarnos, es preciosa, fuerte y con muchas ganas de vivir, aunque otro humano tuviese la intención de que no fuese así.
Bienvenida, Tanya, sabemos que estás en buenas manos, hemos sabido de la preocupación de tu dueña por ti, aunque tú has permanecido ajena, pero sabemos de la responsabilidad y el compromiso de ella.
Uff, tenemos que salir a dar nuestro paseo nocturno, ya sabéis……, mañana os cuento la otra historia.
Lucas
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